España, agencias / ciberpasquinero
Miguel Bosé fue el protagonista de una nueva edición del programa de Jordi Évole, «Lo de Évole». El presentador catalán se marchó a México, lugar de residencia del cantante panameño, para poder realizar la entrevista.
Han tenido que pasar más de cinco años para que Bosé se muestre a una televisión española. En la conversación, el cantante confesó ciertos aspectos de su vida, como el abuso de las drogas o el sexo.
Pero lo que también querían escuchar los fans y espectadores del espacio televisivo era el rumor de su voz rara. Évole se lo preguntó de forma directa: «¿Qué le pasa?». «Que viene y va», contestó Bosé.
Lo cierto es que esta explicación la profundizó y la relacionó con la relación sentimental que tuvo con Nacho Palau: «Es emocional», confesó.
«Cuando las cosas en mi familia, en la mía personal... No es familia, es una especie de acuerdo de convivencia que tuvieron dos personas que tenían una relación y que, de repente, deciden seguir adelante para que los hijos de ambas partes puedan continuar creciendo juntos como lo que ellos pensaron que eran desde el primer día, que eran hermanos», argumentó.
Al parecer, los problemas con su pareja fueron graves y ello le hizo tener problemas al hablar: «Cuando las cosas empezaron a ir muy mal. Cuando el amor no existe. Cuando el enamoramiento ha desaparecido. Cuando la amistad y el buen rollo se difuminan. Y cuando se pierde la admiración, que es lo más necesario. Cuando todo se derrumba, aguantas. Cuando aguantas todo eso, eso se envenena. Cuando estalla, estalla mal. Y cuando acaba mal empiezan los problemas. Y uno, el primer problema gordo que tuve, fue la voz».
De hecho, el problema que tuvo fue a más y llegó a quedarse sin voz y sin poder hablar: «He llegado a tener cero voz. Nada. Luego un buen día llegó». Esto le llevó a tener que «escribir» para poder comunicarse con sus hijos. «No decían nada ellos. Lo tomé de la forma más natural posible», aclaró.
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